Cambio Climático y la Unión Europea

Se han puesto en marcha distintas iniciativas para combatir el cambio climático, tanto en el ámbito nacional como en el comunitario. Para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones definidos en el Protocolo de Kyoto, la Comisión lanzó el Programa Europeo del Cambio Climático (PECC) en marzo de 2000. Bajo sus auspicios, los representantes de la Comisión trabajaron con la industria, las organizaciones medioambientales y otros agentes para identificar medidas rentables susceptibles de reducir las emisiones. Ya se han puesto en práctica más de 30 medidas.

Uno de los pilares de las políticas comunitarias para abordar el cambio climático es el Sistema de Comercio de Emisiones de la UE (ETS) puesto en marcha el 1 de enero de 2005. Los gobiernos comunitarios han establecido límites a la cantidad de CO2 que pueden emitir cada año unas 10.500 instalaciones (centrales eléctricas y grandes plantas consumidoras). Estas instalaciones generan casi la mitad de las emisiones de CO2 de la UE. Las instalaciones que emitan menos CO2 del que tienen asignado pueden vender la cuota de emisión no utilizada a otras plantas que no se estén comportando tan bien. Esto supone un incentivo financiero para reducir las emisiones. El sistema también se asegura de que haya compradores para las cuotas de emisiones: las empresas que superen sus límites de emisión y no deseen cubrirlos comprando derechos deberán pagar multas importantes. El Sistema de Comercio de Emisiones se asegura de recortar las emisiones en el punto en que resulta más barato hacerlo y rebaja los costes generales de reducir las emisiones.

El 70% de la energía consumida por los hogares en la UE se destina a calentar la casa, y otro 14% a calentar agua.Otras medidas del PECC están dirigidas a reducir el consumo de combustible de los coches y la eficiencia energética de los edificios (un aislamiento mejor puede reducir los costes de la calefacción en un 90%); aumentar el uso de las energías renovables, como la eólica, la solar, la maremotriz, la biomasa (materia orgánica del tipo de madera, residuos de fábricas, plantas o excrementos de animales) y la energía geotérmica (energía de manantiales calientes o volcanes); o, en fin, reducir las emisiones de metano de los vertederos.

En octubre de 2005, se inició una nueva fase del PECC, orientada a desarrollar medidas rentables de reducción de las emisiones y con varios objetivos: desarrollar propuestas que amplíen el sistema de comercio de emisiones de la UE, abordar las emisiones procedentes de la navegación aérea y del tráfico rodado de pasajeros, desarrollar tecnologías de captura y almacenamiento de carbono e identificar medidas para adaptarse a los efectos inevitables del cambio climático. A partir de este trabajo, la Comisión ha propuesto recientemente nueva legislación, para incluir a las líneas aéreas en el sistema ETS y para reducir las emisiones de gases invernadero procedentes de los combustibles de automoción. La Comisión también ha anunciado que presentará legislación para reducir las emisiones de CO2 de vehículos nuevos.

Habida cuenta de que los objetivos del Protocolo de Kioto expiran en 2012, la Unión Europea está reclamando un nuevo acuerdo mundial que asegure que el calentamiento global se interrumpirá antes de sobrepasar en más de 2°C la temperatura media de los tiempos preindustriales. Los científicos consideran que ese valor de 2°C es un umbral más allá del cual el cambio climático puede desencadenar alteraciones planetarias irreversibles y, probablemente, catastróficas.

Con este límite de temperatura en mente, la Comisión Europea propuso en enero de 2007 una estrategia para el clima y la energía, con una serie de medidas y objetivos muy ambiciosos, que los líderes de la UE ratificaron dos meses más tarde.

Ahora, la UE se ha comprometido a reducir de aquí a 2020 sus emisiones de gases invernadero hasta, por lo menos, un 20% por debajo de los niveles de 1990. Además, incrementará esta reducción hasta el 30% si los demás países industrializados hacen lo mismo y si los países en desarrollo también adoptan medidas. Para conseguir esta reducción mínima del 20%, las medidas ya existentes -como el sistema ETS- se complementarán con nuevas medidas orientadas a aumentar la eficiencia energética en un 20% para 2020, a incrementar la cuota de las energías renovables hasta el 20% para 2020 y a equipar todas las nuevas centrales eléctricas con tecnologías de captura y almacenamiento de carbono.

El papel de la Comisión Europea

La Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea (DG Medio Ambiente), con sede en Bruselas y una plantilla de unas 600 personas, se encarga de los trabajos de la Comisión Europea en relación con el cambio climático y es responsable de elaborar legislación y nuevas iniciativas. Las medidas propuestas por la Comisión deben ser adoptadas por el Parlamento Europeo, compuesto por 785 diputados directamente elegidos por los 27 Estados Miembros de la UE, y por el Consejo de Ministros, que representa a su vez a los 27 gobiernos de la UE.

La Comisión Europea se asegura también de que las medidas que se aprueban se pongan en práctica en los Estados miembros, realizando un seguimiento de su implantación. Asimismo, la Comisión se encarga de representar a la UE en las negociaciones internacionales, manteniéndola en primera línea de los esfuerzos internacionales para combatir el cambio climático.

La campaña por el control del Cambio Climático

La Comisión Europea está convencida de que la lucha contra el cambio climático exige la contribución de todos los sectores de la sociedad y de todas las personas para que pueda funcionar. Con la campaña «Tú controlas el cambio climático», la Comisión trata de concienciar a los ciudadanos acerca del cambio climático, una de las mayores amenazas de nuestro tiempo, y de ayudar a las partes interesadas a contribuir a frenarlo. Si todos hacemos pequeños cambios en nuestros hábitos cotidianos podemos reducir considerablemente nuestras emisiones de gases invernadero y eliminar parte de la presión que sufre el sistema climático terrestre. De hecho, en muchos casos, estos cambios también nos ayudarán a ahorrar dinero.

La campaña se lanzó durante el verano de 2006. En distintas ciudades de la Unión Europea se colgaron carteles gigantes en los edificios públicos, muchas estatuas se vistieron con la camiseta de la campaña y se celebraron otros actos para conmemorar el lanzamiento.

La campaña también hace uso de anuncios en televisión, prensa y vallas publicitarias para atraer la atención, así como de una serie de herramientas electrónicas, como anuncios en Internet y envío de correos electrónicos. Así mismo, existe una publicación dirigida a estudiantes, la edición 2006-2007 del Diario Europa, que ha distribuído más de 2,3 millones de ejemplares por toda Europa en este curso escolar. Este año incluye una sección sobre el cambio climático y pide a los estudiantes que reduzcan sus emisiones personales de gases invernadero haciendo pequeños cambios en sus hábitos cotidianos.

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