¿Por qué nos enfermamos?

SALUD

¿Por qué nos enfermamos?

Las enfermedades es un tema con el que la humanidad tuvo que luchar desde sus inicios.

En distintos momentos de la historia se fueron buscando explicaciones y sus consecuentes formas de curación. En un extremo existen interpretaciones religiosas (ej. Tener el diablo en el cuerpo que hay que exorcizar), esotéricas (ej: el mal de ojo y sus cintas rojas para prevenirlo) y en el otro extremo están las interpretaciones científicas por causas genéticas, químicas, etc.

Últimamente se está verificando cada vez más los factores psicológicos que influyen en todas las enfermedades.

Esto se desprende de una concepción donde el cuerpo y la mente actúan siempre en conjunto en el ser humano, a diferencia de ideologías que separan el funcionamiento de ambas partes.

Hace ya un tiempo que se aceptaron las llamadas “enfermedades psicosomáticas” clásicas como la úlcera, el asma, la hipertensión,etc.

Hoy en día se está pensando en que todas las enfermedades serían psicosomáticas porque las explicaciones médicas no alcanzar para responder el por qué esa persona contrajo “esa” enfermedad en “ese” momento de su vida y no en otro.

Tampoco alcanza para explicar el componente psicológico de las enfermedades con el término stress (palabra importada del inglés que significa “tensión, violencia, compulsión” o como verbo “cargar”, “someter a tensión”) porque esta sería una interpretación energética cuya implicancia terapéutica es la descarga de tensiones o eliminación temporaria de la fuente de tensión (ej.:vacaciones, Spa, etc.).

A todas estas explicaciones (que son parte de las causas de las enfermedades) yo agregaría factores psíquicos profundos que tienen que ver con la historia singular de esa persona en relación a cómo fueron elaboradas las distintas situaciones por las que debe pasar un ser humano desde su nacimiento para lograr su independencia, madurez y equilibrio emocional.

Por ejemplo, es muy importante cómo son procesados los distintos momentos de separaciones, de despegue, tanto en la infancia como en la adolescencia y adultez así como las “pérdidas” inevitables que se dan en todo proceso de crecimiento (ej.: dejar de ser niño, adolescente, hijo, alumno, para pasar a ser adulto, padre, educador).

Muchas veces, trabajando sobre estos mecanismos psicológicos complejos se puede detener un proceso patológico que ya se manifestó en el cuerpo pero que está en un momento con posibilidades de revertirse.

Y si bien es mucho lo que queda por investigar y demostrar, creo que se avanzó bastante en este tema y que es beneficioso para la curación de una enfermedad tratarla desde el punto de vista médico y psicológico a la vez.

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