Receta Básica de Pan
Se trata de la receta de pan básica, la más antigua que se conoce, que viene transmitiéndose de maestro panadero a principiante, de generación en generación, y cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos.
Esta misma receta permite, con el agregado de distintos sabores y condimentos -dulce y/o salado- elaborar los más variados y delicados panes. Además el bollado, de infinitas formas, le confiere un aspecto tan apetecible que se tornan irresistibles.
Ingredientes:
Harina, un kilo
Sal, una cucharada
Levadura madre, 200 gramos (*)
Agua, 700 cc. aproximadamente
Respeto, cantidades infinitas
Amor, cantidades ilimitadas
Preparación:
1. Poner la harina en un cuenco, agregarle la sal y mezclar suavemente tomándola entre las manos y dejándola escurrir suavemente entre los dedos, durante un tiempo prolongado, agradeciendo la posibilidad de ser partícipes en la transformación de esos ingredientes y un aromático y crujiente pan.
2. Incorporar la levadura madre e integrarla amorosamente a la harina, agregando la cantidad de agua tibia necesaria, para formar un bollo tierno y homogéneo, blando, y amasar con todo cariño y respeto.
3. Arropar como a un bebe y dejar descansar –en lugar templado, sin corrientes de aire- el tiempo suficiente para que la levadura fermente y permita la masa crecer. En este paso es indispensable respetar el tiempo que siempre será variable, sujeto a las condiciones atmosféricas de temperatura y humedad ambiente.
4. Cuando la masa ha duplicado su tamaño, colocarla con mucho cariño sobre la mesada y amasarla nuevamente con gran amor, como si se estuviera meciendo a un niño para que concilie el sueño. Nada de movimientos bruscos, de sacudones y ni pensar en golpes, sino mover las manos como ejecutando una melodía sobre el pentagrama. Desarrollar esta tarea con absoluta calma y tranquilidad, apreciando ese bollo que se tiene entre las manos, conscientes que la calidad de esas caricias (amasado) incidirá en la calidad del producto final.
5. Bollar el pan a gusto: bollitos, trenzas, nuditos, en fin, la forma que la imaginación de cada uno indique. Colocar cuidadosamente las piezas terminadas sobre placa aceitada, arropar y dejar leudar en lugar templado, hasta que duplique su tamaño.
6. Llevar al horno, que se enciende en el momento de introducir el pan en el mismo -para que ese pan, amorosamente elaborado, no se vea expuesto a cambios bruscos de temperatura- y cocinar a temperatura moderada hasta que estén cocidos.
7. Retirar del horno y dejar enfriar sobre rejilla evaporadora, similar a las utilizadas para desmoldar tortas.
Este pan, untado con grandes dosis de paciencia, de respeto por el otro, y que, seguramente compartiremos con nuestros seres queridos, será una forma saludable y nutritiva de expresar el amor que sentimos hacia ellos.