Inversores Angeles y la Realidad

En definitiva se trata nada más y nada menos que de dar paso a una nueva generación de instituciones, organizaciones e instrumentos económicos que se acomoden a las necesidades y circunstancias de nuestros países del Hemisferio Sur.

Si bien los negocios en un mundo crecientemente globalizado tendrán que aceptar ciertos comunes denominadores independientemente del lugar del planeta en el que se desarrollen, también habrá que hacer valer peculiaridades y diferencias propias de sociedades que aún buscan estructuras productivas y sociales más balanceadas.

¿Qué estamos diciendo con esto? Muchas cosas, pero dos en especial.

Primero, que no es lo mismo el rol que juega un negocio, empresa o inversión en un país de economía consolidada que en un país de los llamados mercados emergentes. En países de economías ya consolidadas cada nueva inversión juega dentro de estructuras que, si bien también están sujetas a permanentes cambios, en esencia posibilitan y hasta facilitan el normal desarrollo de los negocios.

En cambio en los países del Hemisferio Sur los sistemas económicos requieren de importantes transformaciones estructurales para poder servir a su población y resolver temas básicos de masivo desempleo, de pobre movilización y asignación de recursos, de serios desbalances en sus cuentas externas, de desarrollo tecnológico y educativo, entre muchos otros. De ahí que, al mismo tiempo que apuntan a obtener un adecuado retorno, las nuevas inversiones están llamadas a acompañar el propio proceso de transformación estructural del sistema dentro del que operan.

Segundo, que tampoco es lo mismo lo que se le ofrece de apoyo a un negocio, empresa o inversión en nuestras economías emergentes. Dado que no tenemos disponible en las economías emergentes toda esa dotación de instrumentos y mecanismos de apoyo a la inversión productiva que existe en las economías ya consolidadas, debemos explorar otras formas organizativas que posibiliten ese respaldo.

Los mercados generan ahorros que se orientan a la inversión a través de una variedad de actores e instrumentos. Si en nuestros países del Hemisferio Sur no disponemos de una buena dotación de inversores ángeles, de desarrolladoras de negocios, de fondos de capital de riesgo, de fideicomisos o fondos de apoyo a la inversión productiva, de bolsas de valores capaces de capitalizar pequeñas y medianas empresas, etc, etc, entonces más vale que comencemos a pensar seriamente cómo alentamos que esas funciones puedan también ser bien cubiertas en nuestros países.

En algunos casos se podrán desarrollar -con ajustes locales- similares instrumentos de apoyo a la inversión que los que están vigentes en las economías ya consolidadas; en otros casos convendrá explorar, en cambio, fórmulas propias para canalizar ahorros, conocimientos, gestión, contactos y demás factores imprescindibles para asegurar una vibrante y más equilibrada economía.
Es en ese contexto que Opinión Sur promueve la conformación de una batería de nuevas instituciones económicas, incluyendo las desarrolladoras de negocios comunitarios, los fondos locales de apoyo a la inversión productiva y, ahora también, las redes de viejos y nuevos inversores ángeles.

No se adelanta lamentando simplemente todo lo que nos falta en materia de sistemas de apoyo al inversor; de lo que se trata es de proveernos de los instrumentos que necesitamos, utilizando para ello una buena combinación de conocimiento convencional y de innovaciones locales. En eso estamos.

Share this post


MONEDA
USD
EUR
ARS
CLP
MXN
COP
PEN
BRL
UYU
BOB
Abrir chat
Hola 👋
¿Necesita ayuda? estamos online!