La Ciudad de Petra y la Kaaba

Según un astrónomo español, los principales monumentos de Petra, la legendaria ciudad de los nabateos en Jordania, tienen la misma orientación astronómica que la Kaaba, el lugar sagrado más importante del islam, en La Meca.

Juan Antonio Belmonte, un investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias que se dedica a la disciplina astroarqueología, sostiene que las construcciones más importantes de Petra están orientadas hacia el solsticio de invierno y hacia Canopus, la estrella que guiaba a las caravanas por la península Arábiga. Los magníficos templos, edificios públicos y tumbas han sido esculpidos directamente en la roca, y declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Petra se encuentra en un valle semidesértico, habitado por pueblos nómades hasta la llegada de los nabateos, probablemente en el siglo VI a.C. Una tribu árabe que fundó un imperio desde el mar Rojo hasta Damasco, y desde Gaza hasta los desiertos de Arabia Central. Los nabateos lograron armar un sistema de recolección y redistribución de agua, en una zona donde apenas llueve 150 milímetros al año. La ciudad alcanzó su apogeo alrededor del año 50 d.C., gracias al comercio generado por la ruta del incienso. De esa época –cuando llegó a tener al menos 20.000 habitantes– datan las construcciones más sorprendentes, talladas en la roca arenisca.

Petra siguió prosperando bajo el dominio romano y bizantino hasta el año 363, cuando sufrió un terremoto. Logró recuperarse, pero en 551, un segundo sismo le dio el golpe de gracia. Sus ruinas fueron descubiertas en 1812.

El astrónomo Belmonte midió los monumentos y, tras analizar los datos, descubrió que la astronomía y la topografía “sagrada” eran muy importantes para orientar su ubicación y estructura. Según Belmonte, el Monasterio “mira” hacia la puesta de Sol en el solsticio de invierno, un momento clave del ciclo vital. Se cree que el Monasterio, excavado en lo alto de una montaña, podría estar dedicado al rey Obodas o a Dushara, un dios lunar al que también se asociaba con el Sol; además, el solsticio de invierno se relacionaba con el nacimiento de esta divinidad. Otro de los grandes monumentos, El Tesoro, tiene igual orientación.

El astrónomo detectó que además, ambas construcciones tienen la misma orientación astronómica que la Kaaba, antes de que fuera islamizada y convertida en el principal centro de peregrinación de los musulmanes, cuando era un santuario donde se creía que había unos 360 ídolos, destruidos por el profeta Mahoma tras conquistar La Meca.

Otro templo, el de los Leones Alados, está orientado hacia Canopus, la segunda estrella más brillante del cielo que, al marcar el sur con cierta precisión, era utilizada por las caravanas para guiarse desde Petra hacia La Meca, y desde allí hacia las regiones del incienso. Según Belmonte, los dos obeliscos de más de seis metros han sido cincelados en la montaña en dirección este-oeste, de manera que al amanecer y al atardecer, y en el equinoccio, ambos están perfectamente alineados y sus sombras se tocan. El astrónomo destaca que fueron construidos en una época en la que los calendarios se regían por el equinoccio: marcaba el principio de los meses.

“Los grandes constructores del pasado, los que erigieron maravillas como Stonehenge, las pirámides de Egipto, la Kaaba o Petra, han buscado demarcar sus cimientos con la arquitectura de los cielos –señaló a Clarín el astrónomo argentino Roberto Venero–. Alinear un edificio con la posición del Sol en determinada época del año, o con la dirección de estrellas guía, es un modo de anclar nuestras supremas obras terrenas a la eternidad del cielo”.

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