La Polución Ambiental y el Cambio Climático Parte I

En el mes de diciembre del año 2004 se celebró en Buenos Aires la 10ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco sobre el Cambio Climático auspiciada por las Naciones Unidas, cuyo fin es reducir los gases de efecto invernadero que provocan el calentamiento global del planeta.

La cuestión ambiental debe insertarse entre las políticas de Estado, dado que el ambiente es el sostén de todas las actividades humanas y sus recursos tomados y transformados por el hombre para satisfacer sus necesidades.

Los primeros pasos en la institucionalización de una conciencia universal para la protección del ambiente comenzaron en los setenta con la formulación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Desde ese momento diversas conferencias mundiales hicieron que muchos Estados internalizaran sus políticas ambientales.

A partir de entonces prácticamente en todos los países del mundo las Constituciones se fueron reformando. Los nuevos principios constitucionales sellaron dos compromisos: uno el de todos los habitantes de satisfacer sus necesidades presentes sin comprometer las capacidades productivas de las generaciones venideras; el otro, las autoridades proveerán a la protección del ambiente, a la utilización racional de los recursos naturales y a la preservación de todo patrimonio, natural, cultural y de la diversidad biológica, instruyendo a la información y educación ambiental.

El Protocolo de Kioto estableció el llamado mecanismo de desarrollo limpio, una herramienta para que los países industrializados inviertan en tecnologías no contaminantes en países en vías de desarrollo.

Mediante una tercera vía se intenta comprometer a los países en vías de desarrollo en la reducción de gases de efecto invernadero emitidos por la industria y el transporte, pero son los países industrializados los que deben encabezar las acciones.

La fuente de emisión de los gases de efecto invernadero está originada en la quema de combustibles fósiles con fines energéticos y los procesos industriales, principalmente la fabricación de cemento y aluminio, la extracción de hidrocarburos y carbón mineral, los cambios en el uso del suelo, principalmente residuos agrícolas, la utilización de fertilizantes nitrogenados y la deforestación.

Los países más industrializados son los que tendrían que encabezar las acciones para mitigar el calentamiento del planeta y para ello se deben elaborar políticas e instrumentos que pongan en movimiento estos acuerdos, para que los países ricos reduzcan entre el 2008 y el 2012 sus emisiones de dióxido de carbono en un 5,2% respecto de los niveles de 1990.

No nos olvidemos que el Congreso de los Estados Unidos no ratificó el protocolo por la influencia del sector industrial que hizo “lobby” para no suscribirlo y que la actual administración Bush está en contra de su sanción.

La firma y ratificación por parte de Rusia del Protocolo de Kioto sobre emisiones de dióxido de carbono hace que entre en vigor el 16 de febrero del 2005. Para que este convenio tenga vigencia, es necesaria la aceptación de un mínimo de 55 países parte en la Convención Marco, cuyas emisiones representen por lo menos el 55% del total del dióxido de carbono liberado a la atmósfera. Las naciones que adherían aportaban un total de 44,2%. La actual ratificación de Rusia al Protocolo aporta un 17,4% a esta cifra por lo cual con un total de 61,6% de las emisiones de gases tóxicos, el tratado entra en vigor.

Este suceso dio una impronta positiva a esta cumbre sobre el cambio climático que se organizó en Buenos Aires, Argentina y que se convirtió en un encuentro internacional histórico.

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