Regreso a lo Tradicional

REGRESO A LO TRADICIONAL

El Nuevo Milenio con su nuevo orden mundial, al parecer, nos está llevando por un camino de regreso a la naturaleza y a un mayor crecimiento espiritual, ya que durante el siglo XX se vieron rezagados por el desarrollo del pensamiento intelectual, concreto, mecanicista e individualista.

En lo que a la salud se refiere, también hay un creciente interés por lo natural, y quizás se deba a que el público en general ha desarrollado cierta desconfianza hacia los medicamentos, sobretodo en pacientes con trastornos crónicos y quienes temen cada vez más los efectos secundarios de los analgésicos, antiinflamatorios, psicofármacos, etc.

En esta oportunidad me referiré a la Medicina Tradicional Ancestral de Oriente, su filosofía y sus terapias. Lo primero que es necesario aclarar, es que las medicinas tradicionales tanto de China como de India, tienen una tradición milenaria de a lo menos 4.000 años AC. Comúnmente y erróneamente se le llama tradicional a la medicina moderna alopática y científica, cuyo desarrollo es sólo de 300 años aproximadamente, y está en etapa de investigación y comprobación. Que no se interprete esto como un desafortunado y desagradecido afán por desconocer los avances y logros de la medicina alopática, que por cierto ha salvado muchas vidas. También hay que reconocer que a diario son muchos los profesionales, de formación científica, que luchan por rescatar una vida y recuperar la salud en los enfermos.

A mi parecer, ambas medicinas se complementan muy bien, si se está dispuesto a aceptar o reconocer los campos de acción de cada una de ellas. La Medicina Tradicional y Milenaria actúa más en la prevención de las alteraciones patológicas causadas por la alimentación inadecuada o por causas climatológicas, afectivas y mentales.

Para la Medicina Tradicional, por ejemplo, esperar que las alteraciones orgánicas o sistémicas sean casi insalvables, equivale a esperar a estar sediento para comenzar a cavar un pozo. La Medicina Ancestral actúa anticipándose a los hechos y por tal razón, ha desarrollado técnicas de respiración, ejercicios, alimentación, meditación, de equilibrio bioenergético etc., y no posee técnica de cirugía o trasplantes como la Medicina Moderna Alopática.

Cuando no se han escuchado o atendido a las señales de aviso que envía el cuerpo cuando algo no está en su equilibrio, ya sea de origen metabólico, enzimático, funcional o sistémico, se está viviendo un verdadero desastre en la salud, es sólo la medicina alopática con sus equipos de alta complejidad quienes podrán reemplazar los órganos afectados o restituir la alteración de un sistema. ¿Porqué esperar tanto tiempo? ¿Porqué pagar tan alto precio? Creemos que no es necesario sufrir tanto, física, emocional y económicamente, si se puede prevenir y corregir a tiempo.

Para la Medicina Ancestral, el ser humano es un eslabón que une el Cielo y la Tierra, es decir, energéticamente somos hijos del Cielo por su aporte bioenergético y también hijos de la Tierra por su aporte de energías telúricas. Ambas energías confluyen en el hombre, actúan a través de él y es el hombre quien cualifica y da destino final a todas las energías, según su estado mental y emocional. Todo ello se expresará en el cuerpo físico y sus respectivos componentes.

De lo anterior se comprenderá la importancia de las técnicas de Tayuki, Yoga, Tai-Chi, Taijiquan, Chi-Kung, cualesquiera de ellas aporta equilibrio bioenergético mental-espiritual a través de la respiración y movimiento. La meditación forma parte del alimento espiritual, es el espíritu el portador de vida y posee la fuerza para reestablecerla. ¿Será por esto que los antiguos griegos decían: “No se saca nada con medicamentar el cuerpo si el espíritu está enfermo”?

Para las Medicinas Orientales, Ancestrales y Tradicionales de la India y el Tibet, conocida también como Medicina Ayurveda (Ciencia de la Vida), los métodos terapéuticos, la fitoterapia, y su filosofía, están dirigidos a la recuperación del alma humana (alma-mente) y por tal razón se tiene un profundo y ancestral conocimiento de ello.

La Medicina Oriental, como toda medicina tradicional, insiste también en la prevención de la enfermedad por medios naturales, tales como: nutrición, purificación y meditación. Nos anima a ser administradores de nuestras vidas brindándonos las herramientas para ponernos en contacto con nuestra propia fuente de vida, y recuperar el equilibrio de la conciencia como fuente potencial de energía.

Para quienes no pueden ser participantes activos en su propia curación, existen terapias como Reflexología Holística, ReiKi.Kun-Li, donde el terapeuta es quien hace el 90% del trabajo, el paciente está cómodamente en una camilla con agradables aromas y música, alcanzando profundos estados de relajación y así permitir a la physis o energía vital lograr su máxima expresión física, entonces el proceso de recuperación habrá comenzado.

El pilar fundamental de la Medicina Oriental es el proceso terapéutico llamado Tai-Kuang o Reparación de Vida, mas comúnmente conocido regresión consciente. En este proceso curativo se recupera el equilibrio vital del individuo, la persona ha de vivenciarse como un peregrino de su propia verdad. Tai-Kuang ayuda a reestablecer el equilibrio emocional, a reconciliarse con la vida y la naturaleza, obteniendo paz, salud y vida.

Con técnicas como acupuntura, digitopuntura, Shiatsu, auriculopuntura, se puede reestablecer el funcionamiento orgánico y sistémico, según una muy compleja dinámica bioenergética de los órganos vitales y que tiene semejanza con los movimientos de los cinco elementos de la naturaleza y con un no menos complejo reestablecimiento yin/yang según la filosofía ancestral del lejano Oriente, cuya data se pierde en el tiempo, que según algunos textos, es anterior a las civilizaciones de Sumeria y Babilonia.

La alimentación es de vital importancia, ya que la energía nutritiva aportada por los alimentos forma parte de una compleja transformación y transmutación energética, de su producto final depende el equilibrio orgánico. Finalmente podemos decir: “Tú eres lo que comes, y de ello también depende tu salud”.

Los antiguos griegos decían: “Que tu alimento sea tu medicina”, es necesario tener presente que la Madre Naturaleza ama a todos sus hijos, por ello ha dispuesto un remedio para cada enfermedad provocada por ella. Es tiempo entonces, de volver a lo ancestral o tradicional que ha demostrado por más de cuatro milenios que funciona, “Natura Medicatrix” parece ser la consigna de este milenio o simplemente:

“LA NATURALEZA ES LA QUE CURA, CON LA FUERZA DEL ESPÍRITU

Y LA ENERGÍA PURA DE LA CONCIENCIA”.

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