Resistencia al Cambio

Vivimos en un mundo de cambios contínuos. Estamos preparados para él pero no resistimos a los cambios en nuestras relaciones interpersonales y de trabajo debido a que estos cambios amenazan la seguridad de las formas ordenadas y acostumbradas que hemos conocido en el pasado.

Si una empresa ha de sobrevivir hoy en día, ha de ser capaz de reaccionar ante las condiciones cambiantes, cambiando también ella misma, previniendo los cambios para ir alterando su política y su estructura a medida que surgan esas condiciones.La resistencia más corriente al cambio es la motivada por los cambios técnicos, por ejemplo: automatización.

La resistencia es a veces tan violenta en el nivel de la Dirección como puede serlo en los niveles inferiores. Puede manifestarse de formas inesperadas.Un síntoma claro de oposición o resistencia son las objeciones aparentemente “emocionales” o “irracionales” a los cambios sin importancia. Los motivos más manifiestos son de orden económico (avance técnico que produce desempleo) pero algunas veces son oscuros y no se trasuntan de manera inmediata.

Es igualmente comprensible la resistencia a los cambios que amenacen hacer la vida más difícil (asignación de obligaciones extras), dado que nuestro hábito cotidiano nos proporciona cierta seguridad de vida.

La Forma nueva siempre resulta extraña, amenazadora y está preñada de incertidumbre, incluso cuando representan una mejoría respecto a la situación anterior. Uno de los motivos de este temor es la falta de información respecto a los hechos aunque hay cierta clase de incertidumbre que no se desvanece con la mera información: se trata de la Ansiedad que emana de los temores individuales, de cómo el “propio yo” reaccionará ante tal situación.

Desde otra perspectiva todo cuanto interrumpa las relaciones habituales sociales y las normas del grupo habrá de chocar contra una fuerte resistencia, incluso cuando el cambio no implica ningún desplazamiento físico, en la mayoría de los casos tiende a trastornar las relaciones sociales.

Todo miembro nuevo de un grupo pasa malos momentos hasta tanto sea aceptado plenamente, y una de las razones por la que las personas no desean cambiar su puesto es la pérdida de sus antiguas relaciones y también por el trabajo de establecer otras nuevas.También los símbolos plantean problemas especiales, pues un símbolo representa toda una estructura de valores y relaciones atesoradas; los subordinados se oponen para protegerlo contra todo ataque como si lo que aquel representa estuviera en peligro.

Siempre que la Dirección imponga un cambio, debe aumentar considerablemente el número de órdenes a sus subordinados, esta cuestión a su vez puede conducir a más resistencia. Ese aumento de control que se produce disminuye la sensación de autonomía y confianza en sí mismo y hace resaltar la dependencia en que se encuentra.También las organizaciones gremiales se pueden resistir a los cambios a menos que la Dirección los consulten ya sea formal como informalmente.

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