La Polución Ambiental y el Cambio Climático II

La conferencia de las Partes es el órgano supremo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, de la cual la mayoría de los países son miembros.

El objetivo de este encuentro internacional pasó por promover acciones de los gobiernos de todo el mundo, así como de las sociedades civiles y los sectores privados, acorde al Protocolo de Kioto de 1997, que establece un límite a las emisiones de gases de efecto invernadero.

Hubo reducciones en el Reino Unido (11%) por la sustitución del carbón y en Alemania(18%) tras la unión de las dos Alemanias en 1990. Otros países como Holanda, Dinamarca, Suiza y Francia volvieron a sus niveles de 1990 y siguen hacia la baja de emisiones. Estados Unidos las aumentó casi un 15% entre 1990 y 2000.

El cambio climático está afectando las actividades agropecuarias en Argentina y el resto de América Latina. El aumento de la temperatura, la presencia de plagas que se habían extinguido y el uso de nuevos y distintos agroquímicos para combatirlas, sumados a los cambios de regímenes de precipitaciones y disponibilidad de agua de riego, son factores que afectarían directamente la productividad de los cultivos y, por ende, de alimentos.

Otro problema es la quema de los bosques, que ya con ello se liberan grandes cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera, contribuyendo al efecto invernadero y al calentamiento climático global. La deforestación es responsable de cerca de un tercio de las emisiones totales, por ello hay que mantener los grandes bosques como la Amazonia o el Chaco, como verdadero pulmón de la Tierra.

Es positivo que los países sudamericanos se hayan comprometido a conservar sus bosques y océanos, así como otros ecosistemas terrestres costeros y marinos. La concentración de gases determinados causa el llamado efecto invernadero, que calienta la atmósfera y la superficie terrestre, causando efectos adversos en todo el planeta. El principal gas a reducir y en lo posible eliminar en su producción a escala industrial es el dióxido de carbono, el óxido nitroso y el hexafluoruro de azufre, que se producen al utilizar combustibles fósiles para generar energía.

A partir del 1 de enero de este año comenzó a regir el esquema del mercado con bonos de carbono que cubrirá aproximadamente más del 50% de las emisiones de la Unión Europea. Esto permitirá a países que excedan las metas de reducción de emisiones, vender el sobrante a otros que se retrasen.

La energía se requiere para el desarrollo y la mejor calidad de vida. Su consumo actual no es sustentable si no varía la tecnología. El control de las emisiones atmosféricas de invernadero se debe basar en la eficiencia de la producción, transmisión, distribución y consumo de energía. Todos sus usos deben respetar la salud del planeta y en él estamos todos los seres vivos y cuando se habla de los objetivos para solucionar esos problemas se debe dar una reducción de los efectos adversos en la atmósfera del sector energía y un cambio gradual a sistemas de energía renovable.

A nivel mundial, está tomando fuerza desde hace varios años un nuevo paradigma energético motorizado por las energías alternativas. La necesidad de contribuir a las metas de reducción de los denominados gases de efecto invernadero, como forma de mitigación de las negativas consecuencias del cambio climático, y en la necesidad de encontrar combustibles sustitutos frente a la creciente escasez del petróleo, han generado en los países más desarrollados la creciente participación de los biocombustibles. Estos representan sin lugar a dudas una solución en la transición, mientras por via de la investigación científica se logra una mayor eficiencia para hacer masivo el uso del hidrógeno.

La toma de conciencia de cada uno de nosotros es el primer paso para instrumentar el cambio imperioso que se impone para el bien de nuestra casa, la Tierra.

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