Migrañas y Cefaleas
Identificar los factores que precipitan o agravan el dolor de cabeza es útil para establecer un programa de tratamiento. Reconocer los precipitantes ayuda a los pacientes a evitarlos.
La descripción que haga del paciente sobre las situaciones, periodos y factores en los que se desencadena el dolor es información fundamental a la hora de establecer un tratamiento efectivo.
El dolor de la migraña puede ser desencadenado y/o empeorado por muchísimos factores. Los que comúnmente se describen incluyen: menstruación, stress, relajación después del stress, fatiga, pocas o demasiadas horas de sueño, saltear una comida, cambios climáticos, alto nivel de humedad en el ambiente, viajar a la altura, exposición a luces brillantes y/o intermitentes, perfumes, cambios posturales, actividad física y tos.
Aproximadamente el 10% de los pacientes tienen algún desencadenante alimentario. Estos incluyen frecuentemente chocolate, quesos, bebidas alcohólicas (especialmente vino tinto), frutas cítricas y comidas que contengan glutamato monosódico, nitratos y aspartamo.
Según explicó María de Lourdes Figuerola, neuróloga, médica tratante en el Hospital Clínicas, en el caso de las cefaleas en racimo (dolor que afecta un lado de la cabeza y ocurren en forma repetitiva cada día a la misma hora durante varias semanas y luego desaparece), pueden desencadenarse dentro de los 30 minutos de la ingesta de bebidas alcohólicas siempre y cuando el paciente se encuentre en el periodo activo. En esta cefalea el dolor frecuentemente se agrava si el paciente se recuesta.
Un desencadenante frecuentemente mencionado en las cefaleas tipo tensión es el stress diario y sería el responsable del agravamiento del dolor en las últimas horas de la jornada.
Un paciente suficientemente alertado en el reconocimiento de sus propios precipitantes estará en condiciones de evitarlos disminuyendo así la frecuencia de sus crisis y evitando el consumo indiscriminado de analgésicos.